Esta es una de las recetas que más me piden junto a la de los berlines, cuchuflís y chilenitos. Algo tiene esa mezcla de harina, mantequilla y azúcar que hagamos que nos volvamos locos por comerlos, y que después nos venga el cargo de conciencia. Lo cierto es que no hay que abusar. Disfrutar de estas clásicas y deliciosas preparaciones viene bien de vez en cuando, no siempre. No se pongan golos@s, pero por ahora ¡a disfrutar!
Ingredientes
• ½ taza de mantequilla sin sal
• 2 cdas de azúcar
• 1 taza de agua
• 1 taza de harina
• 3 huevos
• 1 cdta de vainilla
• Aceite para freír
• 1 taza de salsa de manjar.
Preparación
- En una olla calentar el agua con la mantequilla y el azúcar. Una vez rompa en hervor, agregar el harina de golpe, revolver para unir todo y formar una masa que se despegue del fondo de la olla. Sacar la masa de la olla, ponerla en un bowl y dejar entibiar. Agregar uno de los huevos y revolver energéticamente. Una vez se haya unido todo agregarnos el siguiente y repetimos. Dejar enfriar.
- Poner la mezcla en una manga pastelera con una boquilla risada. Es importante ir presionando la mezcla para evitar que queden burbujas de aire.
- En una olla con aceite de maravilla caliente, freír los churros. Poner la mezcla de manera directa a la olla: a medida que sale la masa de la manga, cortar con unas tijeras y freír hasta que estén dorados. Escurrir el exceso de aceite y poner en una fuente con papel absorbente, luego pasarlos por azúcar flor.
- Servir los churros con salsa de manjar.