Para 1 taza
Ingredientes:
- 3 tazas de albahaca
- 2 cucharadas de nueces
- ½ taza de queso parmesano rallado grueso
- 1 cucharadita de jugo de limón
- 1 tacita de aceite de oliva (aprox)
- Sal y pimienta recién molida
Preparación:
Dependiendo del uso que le queramos dar a nuestro pesto, la forma de prepararlo será diferente. Para un pesto más rústico, en donde se ven los trozos de las hojas, uso un mortero. Para ello, poner las hojas de albahaca con el ajo, empezar a machacar y, de a poco, agregar el aceite de oliva y las nueces picadas. Recomiendo tostar ligeramente las nueces en una sartén para acentuar el sabor.
Cuando la mezcla esté como una pasta, agregamos el queso parmesano y un poco más de aceite de oliva para darle la consistencia adecuada. Condimentamos bien con sal y un poquito de jugo de limón.
Cuando tenemos menos tiempo y queremos un pesto más molido y suave, hay que meter todos los ingredientes en la juguera y listo. Trabajando en un restorán me dieron un secreto: si quieres que tu pesto esté de un color verde intenso al momento de servirlo, cuando lo muelas agrégale un trozo de hielo.