Esta torta de origen genovés se llama así por la época de Pascua, ya que según la tradición se trata de un alimento pascual. No lleva carnes, pero sí huevos, que simbolizan la vida por nacer. La receta pertenece a mi Hilda, que es la mejor y que generosamente compartió conmigo.

Ingredientes:

1 masa para tartas lista, 1 cucharada de sémola, 1½ taza de queso parmesano.
→ Para el relleno: 2 cucharadas de mantequilla, aceite de oliva, ½ cebolla picada fina, 4 tazas de espinaca lavada, 4 huevos, 1 tacita de crema, 250 g de queso crema, sal, pimienta, nuez moscada.

Preparación:

Precalentar el horno a 180ºC.

En un molde para tarta engrasado forrar todas las superficies con la masa. Esparcir la sémola y el queso parmesano rallado (no olviden este secreto de la Hilda, evita que la masa quede remojada y se rompa).

Para el relleno, en una sartén agregar una cucharada de mantequilla con una de aceite de oliva y dorar la cebolla picada fina hasta que cambie de color. Incorporar la espinacas previamente cocidas y picadas, y cocinar por un par de minutos. Sacar del fuego y reservar. En la juguera mezclar los huevos con la crema y el queso crema. Condimentar muy bien con sal, pimienta y nuez moscada.

En un bol juntar la espinaca y la cebolla con la mezcla de los huevos. Vaciar sobre el molde con la masa y esparcir una cucharada de mantequilla derretida encima. Espolvorear el resto del queso parmesano y hornear por 45 minutos hasta cuajar.

TIP: la receta clásica lleva huevo duros en su interior. Si deseas puedes ponerlos crudos en la superficie antes de hornear, como lo hizo mi Hilda para esta foto. 

La pascualina de mi Hilda querida.