Marta Stuart, la nueva integrante de la familia

Marta Stuart, la nueva integrante de la familia

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Marta Stuart, la nueva integrante de la familia

¡Lleva un día en la casa y ya nos ha dado una tremenda felicidad! Las cosas sucedieron así. Ayer estábamos grabando un capítulo de Plan V —este domingo 5 de marzo comienza la segunda temporada, a las 11.00 en punto por 13C—, y ahí estábamos en un pasaje esperando no sé qué cosa. La cuestión es que mientras me maquillaban, empezamos a escuchar un ruidito, que luego cachamos que era el llanto de un perrito chico negro. El dueño de la casa nos dijo «chuta, este perro no es mío. Yo no lo puedo cuidar, tengo otro perro». Y ahí me pasó lo que a vari@s de ustedes les pasa seguramente: se me apretó el corazón y no podía dejar de mirarla, hasta que le puse nombre: la Marta Stuart —sé que no se escribe así, pero no quiero que la señora me demande, uno nunca sabe—. Cuando uno le pone nombre a las cosas, a situaciones, personas, experiencias, etcétera, éstas comienzan a existir y para esas alturas, la Marta ya era prácticamente mía. Lo malo es que había un gran y solo pero. Porque no es cuestión de tomar un perro y llevárselo para la casa porque sucede que yo no vivo ná sola y que vivo con otro can al que amo con todo mi corazón y que ustedes ya lo conocen: Tintín.

Marta Stuart

La Marta, con toda su ternura, haciéndome ojitos

Acá juntas, en pleno encariñamiento

Bueno, entonces para que la aceptaran comencé a mandarle videos a Arsenio —mi marido, para los lectores nuevos— así como que no quiere la cosa. Aquí les voy a relatar una confidencia que igual me da plancha, pero qué tanto si al final la vida es puro presente —mega Osho mi comentario, pero bué—. Antes de que la Marta llegara a mi vida, un par de semanas antes, fui a ver la película Lion, esa donde actúa Nicole Kidman —paréntesis: si vieron los Oscar cacharon que no sabe aplaudir o que algo extraño le sucede cuando lo hace y eso me dio mucha risa, tanta que da para otro post—, y que se trata de un niño que queda solo en Calcuta. La película me afectó tanto emocionalmente que quedé un poco destruida por un par de días, onda bajoneada en serio, y me como que me dieron ganas de ser mejor persona. Entonces, cuando vi a la Marta ahí con sus ojos, que me miraban así como cordero degollado, como rogándome que me la llevara, me acordé de la película y corazón roto en mil pedazos. Le conté todo esto a Arsenio, que la Marta me había recordado a Saroo, el niño que protagoniza la película, que quería ser mejor persona y obvio que le dio ataque de risa, me dijo que estaba chalada, pero que bueno, que adoptáramos otro perro.

Y así fue como la subí al auto después de grabar y nos fuimos felices y contentas al veterinario, quien la revisó y le hizo todos los exámenes de rigor. Gracias al universo está sanita, está bien, tiene todas sus cosas en orden salvo que está desnutrida. Tanta pena, pero no importa, se recuperará. Cuando llegamos a la casa salían los corazones por la ventanas. Los niños están felices, la abrazan, la toman en brazo, la apretan, juegan con ella y todo. Y Tintín, bueno, jajaja, está ultra celoso el pobre. Nunca, pero nunca, se los juro, logré que durmiera en su camita, y ahora, apenas instalé la de la Marta, el patudo fue a probarla. Mish. Todavía la mira con recelo, pero sé que después se harán amigos.

Luisa, in love

Niños felices y Tintín…jejejeje

Marta, una más del clan

Marta siendo apretujada

Tintín, adueñándose de camas ajenas

 

Eso es todo por hoy amigos, que tengan un bello y lindo día, y a ponerle el hombro a marzo!

Ingredientes

Preparación

Materiales

Paso a paso

Datos